Phalaenopsis

Son plantas epífitas, crecen en los tallos y ramas de los árboles, o incluso, en algunas rocas. Las raíces de esta planta, no están diseñadas para nutrirse de la tierra, sino que se adhieren a la superficie de los árboles, para vivir en ellos, y no de ellos; a través de sus raíces se nutre del aire y el agua, que resbala por la superficie en donde viven.

Poseen raíces grandes y fuertes, de color verde, son capaces de realizar la fotosíntesis.

A poca distancia de las raíces disponen de un tallo corto, del que nacen las hojas que son grandes, alargadas, de color verde intenso y con el nervio central muy marcado. Las hojas tienen la virtud de almacenar la humedad, por lo que tienen un tacto carnoso.

En la floración (puede florecer varias veces en el año) generan unas varas largas que se deben entutorar para evitar que se doblen. De sus yemas salen las flores, que pueden ser de diferentes colores dependiendo de la variedad (blancas, rosas o incluso moteadas). Las flores se dice que recuerdan a mariposas, de ahí su nombre de ‘Orquídeas Mariposa’.

ILUMINACIÓN

Necesita mucha luminosidad pero nunca luz directa.

TEMPERATURA

Temperaturas cálidas/intermedias (temperatura de entre los 15ºC y los 30ºC). Para forzar la floración, aumentar ligeramente el contraste de temperatura entre el día y la noche.

HUMEDAD

Prefiere un grado de humedad alta/intermedia. Pulverizar con regularidad las hojas y las raíces aéreas, evitando mojar las flores y el ápice de la planta. Para mantener la humedad ambiental, se puede colocar en una bandeja con guijarros, evitando que la maceta esté en contacto con el agua.

RIEGO

Regar tan pronto como las raíces comiencen a secarse (color gris). La mejor manera es por inmersión: sumergir el tiesto en un recipiente con agua durante unos minutos, hasta que las raíces están bien hidratadas (color verde). Dejar escurrir bien toda el agua sobrante

ABONO

Abonar una vez a la semana, ya que el sustrato que se emplea para las Phalaenopsis es bastante pobre.

SUSTRATO

Substrato a base de cortezas de pino. Según sus condiciones de cultivo, se puede enriquecer con elementos retenedores de agua (Esfagno) o elementos drenantes (Perlita). El contenedor debería de ser transparente, ya que sus raíces también realizan la fotosíntesis.