Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Liliopsida
Orden: Asparagales
Familia: Orchidaceae
Subfamilia: Epidendroideae
Tribu: Vandeae
Subtribu: Sarcanthinae
Alianza: Vanda
Género: Vanda
Son originarias de las zonas tropicales de Asia. Su hábitat se extiende desde la India y Sri Lanka hasta el norte de Australia. Viven sostenidas por las ramas de un árbol, alimentándose con el rocío matinal y la lluvia.
Existen unas 60 especies diferentes de Vanda, a partir de las que se han generado una gran variedad de híbridos. Las Vanda más conocidas son la Vanda coerulea (orquídea azul), Vanda coerulescens y la Vanda tricolor.
Son una especie epifita o litófita: En su hábitat natural es posible verlas sobre las ramas de los árboles y en menores ocasiones (litófita) creciendo sobre o entre las piedras.
Se suelen cultivar en cestas colgantes y sin sustrato, donde sus raíces sobresalen y caen libremente hacia el suelo. Los especímenes más grandes, si incluimos sus raíces colgando, pueden crecer fácilmente de 1,50 metros a 1,80 metros de largo.
Su crecimiento es monopodial, crecen desde un sólo tallo, con follaje grueso y redondo, con un brillo ceroso y brillante. Las hojas son alargadas y estrechas que crecen alternas, en una progresión que asemeja a una escalera. Los especímenes más viejos suelen ramificarse mucho, y si no se dividen, pueden convertirse en plantas de gran tamaño.
Las raíces son grandes, robustas y gruesas, provistas de pequeños poros, a través de los que absorben la humedad y los nutrientes. Están recubiertas por un tejido esponjoso llamado velamen que ayuda a la absorción de agua y nutrientes. Por dentro está la auténtica raíz, que contiene clorofila y presenta color verde.
Sus flores aparecen del tallo central, sobresaliendo de las hojas. De una vara floral, pueden aparecer más de 10 flores. Las Vandas florecen entre 1 y 3 veces al año. Las flores son duraderas y se conservan de 6 a 8 semanas.
Necesita mucha luminosidad pero nunca luz directa. Con demasiada luz, las hojas se vuelven de un apagado color verde claro y pueden presentar quemaduras, así como hojas resecas. Si le falta luz, las hojas se vuelven de color verde oscuro y la planta deja de florecer.
Necesitan bastante calor para prosperar, entre los 20ºC y los 35ºC durante el día, y entre los 15ºC y los 20ºC durante la noche. Las mínimas no deben bajar de los 10ºC y las máximas no deben sobrepasar los 35ºC.
La humedad ambiental debe ser alta, entre el 70% y el 80%. Para conseguirlo, ya que suelen estar colgadas en una cesta, es mediante un humidificador o con pulverizaciones constantes sobre la planta y sus raíces.
Necesita una buena ventilación. Es de las pocas orquídeas que puede tolerar las corrientes de aire. En casa deberemos colocarla cerca de ventanas que puedan ventilar.
Es necesario regar con frecuencia, llegando a necesitar hasta dos riegos por día en los momentos de más calor.
Si observamos que sus raíces están blanquecinas o adquieren un tono plateado, se deben regar hasta que cambien de color. Una vez que han cambiado de color, se espera unos minutos y se vuelven a regar. Si la planta está muy deshidratada, se pueden sumergir las raíces en un cubo de agua, hasta que se rehidrate.
Necesitan un gran aporte de nutrientes. En la época de crecimiento debemos añadir abono líquido para orquídeas diluido, al menos una vez a la semana. Durante los meses de invierno, sólo cada dos meses.
Nunca fertilice cuando esté completamente seca, porque esto puede causar daños mayores a las raíces. Regarlas muy bien una vez al mes para que el exceso de fertilizante pueda ser eliminado.
Se cultivan habitualmente sin sustrato, por ello son muy sensibles a la humedad ambiental, al riego, a la luz…